Tormenta suave, con aire helado y sabor a muerte, pero que resucita por dentro con ganas de salir. Te extraño sin haberte visto, y pienso en cuándo volverás. Porque sé que te vi, en algún espejo te vi a través de mis ojos, de mi pelo y del color de mi piel.
Soñé con tus manos redondas y tus dedos apretados, sin saber el final de tu nombre...
Soñé con tus cuerdas vocales y con el olor de tus miedos, que yo curaba con besos y caricias...
Te siento vivo esperando, a que demos el paso.
Latiendo fuerte y rápido, jugando a las escondidas.
Con sonrisas de viento y llantos de sombra.
(Esta mañana Astor me hizo acordar que no estabas y me puse a llorar).
A veces te veo en sus ojos, y trato de que la emoción no se escape por los míos.
Te imgino cuando toco su piel, pensando que un pedacito va a ser para vos.
Paciencia y nostalgia. Amor y tristeza. Vida. Locura.
Sueños de papel de mentira, de clics aburridos, de dedos resecos, de labios sellados, labios de papel que vuelan para adentro y se van. Lejos.
lunes, 28 de julio de 2008
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