jueves, 29 de noviembre de 2007

Metáfora de Doña Quijota


Todo acaba y todo empieza. El punto de la tensión. El lugar del equilibrio que a veces se tuerce para un lado, para el otro y provoca desazón. Sola, no-sola, con gente y sus genes... Empieza diciembre, (y su "dime en diciembre si eres"). Analogías, comparaciones y cascadas de pensamientos relacionados con fechas, períodos, súper yoes que presionan que atacan y arrebatan... Natividades, año nuevo, encuentros, más encuentros, comidas y más comidas, horarios que cuando apenas terminan vuelven a empezar. Como rutas que se empalman para no llegar nunca a un lugar preciso. Son todos números que acaban en 07 para terminar dentro de poco en 08 y ¿con qué fin? Esfuerzos infinitos por mantener sonrisas, simular fastidios, soportar el calor -que aún no llega- y más quejas. Inacabables quejas, inabarcables quejas. Sirenas, bomberos, fuegos artificiales. Cuánta gente ha escrito sobre esto expresando las mismas cosas.

Deseos de paz, alegría, de un año mejor, de trabajo, salud y dinero. Como si nuestro pensamiento fuera mágico para cambiar la vida de los demás. Es verdad, somos educados y tenemos empatía. Pero por una vez en la vida, quiero pedir algo con tanta fuerza tanta... Quiero ser... Quiero ser... Quiero ser Doña Quijota de la Mancha, y quedarme encarrada en hojas milenarias. Que pocos me lean, que pocos me entiendan. Vivir en el idealismo y levantarme con cada caída aunque los otros sigan riéndose de mí. Quiero estar loca y ser entonces más cuerda que nunca. Y con que uno solo me acompañe está bien, aunque nunca me entienda mi Sancho Panza. Sopapas y más sopapas, Martín. Para que traspasen las membranas del consciente y extraigan hasta la superficie todo lo olvidado de la "materia analizablemente freudiana", para ser siempre loca. Loquita linda. Y perderme en la racionalidad de los racimos del raciocinio. Y despertarme a las 3, a las 5, a las 8. Y tomar té de tierra hasta que se sequen mis poros completamente. Romper todos los espejos y montarme sobre Rocinante para huir del raciocinio. Cabalgar por los túneles de la locura con una sopapa como espada y extraer de cada molino lo que ha olvidado para siempre.

Felices natividades (hay mucha gente que nació en diciembre) y que en los próximos 365 días que terminan con 08 se encuentren con una Doña Quijota cabalgando por la locura. Entonces, podría subirlos a todos hasta la grupa de mi Rocinante.