lunes, 30 de agosto de 2021

Lovelovelove

 ¿Qué es amar? 

¿Qué es ser feliz?

Cada vez estoy más convencida de que amar es entregarse completamente, estar abiertos y desprovistos.

Amar es soltarse y abandonarse.

Amar es desaparecer en un otro. 

Sin pedir nada a cambio. Ser pobres y confiar en la providencia (en este caso providencia de las emociones).

Amar es darlo todo y dejar de ser. Para que el otro sea. 

Qué mundo perfecto sería éste si todos amáramos de esa manera.

Hace poco aprendí que lo contrario al amor no es el odio, sino el miedo. Y todavía estoy tratando de entenderlo.

Llueve en Palma de Mallorca y llueve también en mi corazón. Los últimos días de un verano caluroso me regalan gracias en mi alma que quiere ser cada vez más pobre, más insignificante, más la nada misma. Para que Él lo habite todo, para que Él hable a través de mí, para que Él sea sin que yo sea.

¿Se puede en la maternidad? ¿Se puede en el matrimonio? No, si Él no está. Pero si Él habita y toma las riendas se puede todo. 

No estoy sola nunca. Si lo llamo Él llega, aunque no siempre pueda sentirlo, pero mi confianza me dice que Él siempre está. 

Siempre me dicen que tengo que buscar qué quiero hacer de mi vida, con mi tiempo libre cuando Amadeo crezca, qué tengo para darle al mundo. Y yo ahora respondo: quiero desaparecer en el que me necesita. En mi casa, en la cocina, a la hora del baño, en la cena, en el supermercado, en la calle, en donde sea, en cada instante, en cada detalle.