viernes, 21 de agosto de 2009

Frida y Tina. Parte II.

Soy muy fuerte, mucho más que Frida. Ella lo sabe, pero no me lo dice. Sigue haciendo de cuenta que ella es la dominante. Parte de mi seguridad tiene que ver con eso, quedarme agazapada, en la retaguardia, observándolo todo, observándola a ella, sus movimientos. 
Lentamente empiezo a sentir orgullo de Frida. No es tan frágil como antes, sigue pensando... Pensando hasta que se fugue definitivamente el delirio de que es poca cosa.
Yo en el fondo sé quiénes son poca cosa. Pero no se lo quiero decir a Frida. Es algo que tiene que descubrir por su cuenta, sino no sirve de nada.

"Contestale Frida", le digo a veces.
Y ella por debajo me aprieta la mano fuerte y me pide que me controle.

A ella le sobra el control, ojalá pudiera yo controlarme un poco, aunque para qué... Si ella lo hace muy bien por las dos, o casi muy bien...

Cuando vamos a lo de tía Ánfora se calla, fuma en el balcón y juega a que se duerme. Yo hablo sin parar, pero enseguida quiero volver a casa... Porque me canso muy fácil. Eso no nos pasa con mamá, muy pocas a veces, aunque últimamente Frida se enoja y quiere salir corriendo. Ahí es cuando yo la freno, la convenzo y la domino. "Quedate", "no podés irte a ningún lado", "fuiste vos las que decidiste irnos para siempre de acá, ahora me toca un poco a mí quedarnos".
Entonces vamos a la cocina y nos preparamos un té verde con jazmín. Pero cuando logra irse la persigo hasta que siente rabia... Rabia de haberse ido.

domingo, 16 de agosto de 2009

Frida y Tina. Parte I.

Frida y Tina. Dos hermanas. Frida de día y Tina de noche.
-¿A dónde se fue papá? -Pregunta Tina.
-Ya sabés. -Contesta Frida.
-No lo sé.
-Sí lo sabés.
-Ok, pero quiero que lo digas vos, quiero que salga de tu boca.
-Está bien. Pero te repito, no soy Casandra. Papá se murió. Papá se fue.
-¡Ya lo sé! Pero te vuelvo a preguntar, ¿a dónde?
-¿Y cómo voy a saberlo?
-...
-Cuando era chiquita estaba convencida de que se iba al cielo, donde una casita con forma de hongo gigante lo esperaba. Adentro, todas sus cosas favoritas multiplicadas por mil.
-¡Mil ciento!
-Herramientas y cosas para arreglar. Autos, renaults, peugeots; con tres asientos para llevar a todo el mundo. Cigarrillos que no lastiman y barcos... Pero ya no pienso lo mismo. Es absurdo y aburrido, lo mismo por siempre, una y mil veces. Ahora no lo sé. Me niego a pensar que se fue para siempre de la existencia, que se esfumó "pum" y no está más en ningún lado. Antes que eso, espero pensar que volvió a nacer...
-Pero eso es terrible, entonces ya no se acordaría de nosotras.
-¿Y nosotras nos vamos a acordar de él?
-Siempre. ¿Acaso vos te olvidarías?
-No, aunque quisiera. Para no extrañarlo.
-No te preocupes Frida, acá estoy yo. Yo te tengo.
-Lo sé, pero eso no puede ser así para siempre.
-Claro que sí. Para eso vivo, para eso estoy. Yo te tengo, yo te cuido, yo te canto. Yo soy tu luna, yo soy tu baile.
-Eso no puede ser así para siempre.
-Entonces, ¿me vas a matar? ¡Frida no me podés matar!
-Ya lo sé. No voy a matarte. Eso sería como un suicidio y yo tampoco quiero morir.