viernes, 20 de julio de 2007

Answers

¿Existe la semi-felicidad/semi-infelicidad? No sé por qué razón, cada vez que me hago una pregunta existencialista -en este caso en realidad me la hizo un amigo- imagino la respuesta de Or-Lik, antes me venía a la mente la voz de mamá (si se quiere, súper yo o lo que sea). Pero ahora aparece la voz de Horacio, tal vez porque tenga las mismas inquietudes que yo, o los mismos sufrimientos (que a veces me gustaría reemplazarlos por "surferismos", es decir por montadas de olas gigantes lejos de la realidad de la tierra); o tal vez por el simple hecho de que compartamos un lugar muy próximo en nuestra generación y seamos de géminis (grave problema, mamá también es del mismo signo pero yo no creo "tanto" en eso así que deja de ser un inconveniente). Basta de preludios.
¿Que si existe la felicidad/infelicidad a lo "semi"? Seguramente. Claro que sí. El hecho está en que yo no soy de este estilo, no soy "semi", soy de un lado o soy del otro, me cuestan los grises y cada vez me gusta menos ese color. Puede ser un problema, un big problema.
Hace poco descubrí que mi color favorito era el azul marino, un poco tarde, me tendría que haber dado cuenta un par de años atrás, pero entonces mi color sería el rosa y... Adoro los oscuros y adoro los blancos. Adoro reír mucho y siento cierto placer en tener ratos muy desdichados.
Hace poco Floppy me comentaba en el 111 que tenía sus bajones, tenía la sensación de que estaba deprimida y de que era pesimista. Yo le decía que ahí estaba la base de la existencia y que si uno estaba dispuesto a vivir "profundamente" debía aceptar esa parte del trato, que no es gratuita claro, porque se trata de sufrir. Quien no existe no sufre; quien no sufre no existe. Quien sabe lo que es sufrir la existencia (ser consciente de ella, dejo los males sociales de la pobreza y la injusticia para otro momento, ahora me refiero más a un mal cultural si se quiere llamar) sabe lo que es disfrutar la existencia, aunque esos momentos lleguen más esporádicamente y no estén siempre al alacance de uno.
También pienso que tiene que ver con la edad, las inquietudes, los proyectos, las rupturas y el crecimiento de los huesos. Eli, de quien ya hablé, tiene un papá, un abuelo y un bisabuelo muy altos. Con sus tres años hay veces que llora porque le duelen los huesos, literalmente; entonces tiene que acostarse en la cama y tomar algún calmente para chicos. Cecilia y yo nos quedamos tranquilas, porque sabemos que por culpa de/gracias a tiene esos dolores, porque sabemos que son necesarios para crecer. Y aunque en esto caigo en una metáfora más que aburrida -sobre todo por la manera de elegir los términos-, los dolores de hueso son la parte del crecimiento. Y a mí constantemente me duelen los huesos del pensamiento, del corazón, los huesos de mi futuro y a veces de mi presente. Supongo que es porque están creciendo.
Creo que semi-infeliz soy cuando no me dan los tiempos con las cosas que tengo que hacer, cuando no estoy con la gente que quiero todo el tiempo que quisiera, cuando alguien me molesta o cuando me duele la cabeza. Semi-feliz soy cuando cumplo con las obligaciones, con las cosas que la gente espera de mí. Pero esa no soy yo, porque no me gusta el color gris.
Es divertido poder decir todo esto. Aunque se trate de un paréntesis dentro de todo un dolor de huesos.

2 comentarios:

Memi Luján dijo...

Amé tu paréntesis Angie! Estoy llorando a mares, parece que de enteramente crazy pasé al extremo de sensible dolorosa...

Floppy dijo...

Me reeee acuerdo de esa conversación en el 111. Me encantó encontrarla acá porque una de las cosas que me dijiste fue que todo iba a pasar, porque todo siempre pasa y se empiezan a vivir otras cosas...y aqui estoy, en la etapa mas feliz de mi vida. Te quiero!