miércoles, 1 de junio de 2011

La soledad en el reino del revés

Para Kari, que confió en mí. Mis pensamientos más profundos de hoy. Solo los comparto... Gracias por leerme, a quien sea, allá lejos, desde Salta, desde Ushuaia, desde Cabo Polonio, desde Tahití... Desde la caliente BuenosAires...

(la imagen es del artista Shaun Tan)














Estoy en medio de un torbellino, varada entre zumbidos que vienen y van. Me releí sin quererlo, siguiendo un plan macabro... Por suerte lo abandono para escupir lo que fui sintiendo. Hace un par de años estaba encantada con el existencialismo, el sufrimiento inevitable de crecer y tomar consciencia ante la propia existencia. "Me duelen los huesos del pensamiento", escribí en una entrada. Y hoy, apenas me duelen los intestinos. Leí las palabras de Floppy: "Me dijiste que un día todo iba a pasar y hoy estoy tan feliz". Y estoy echada en el sillón, con "Un mundo perfecto" (¿existe?) de fondo, el envoltorio de un milka aireado con almendras que tengoquelevantarmeytirarloenlacocinaynoquiero, y con un par de almohadones tirados a mis pies. La estufa está encendida en mi espalda... En fin, un ambiente ideal (salvo por las pavadas que dice P-Anamá Ferreira sobre no sé qué...). Incluso no siento el dolor de las vísceras, sé que están molestas, porque no comí arroz yamaní, ni alga kombu, ni porotos aduki, ni bardana, ni nabo... Porque todavía no ingerí el té de marcela... Y todo pasa. Sí, todo pasa. La vida pasa... Pero así como pasa, también todo vuelve. Y yo estoy de vuelta.
Si en este viaje de ida, no aprovechamos las oportunidades, no aprendemos de quienes más nos irritan, si no  nos molestamos en bajar los brazos de vez en cuando y simplemente dejamos que las cosas pasen, entonces todo vuelve. No todavía, más adelante. Si no cambiamos nosotros mismos, perdemos la oportunidad de hacerlo a nuestra manera (con nuestros tiempos y capacidades) y se la damos a otro para que nos cambie a su manera (con sus tiempos y capacidades, generalmente brutas). El otro no necesariamente es una persona... A veces los cambios se nos presentan desde afuera, porque la cosanodaparamás... ¿Queremos realmente eso? ¿Estamos dispuestos a resistirnos de tal manera al cambio que dejamos nuestro futuro en manos de avisos funestos y desprevenidos, accidentes "fortuitos"?
No valemos todo aquello que imaginamos. ¡Valemos más por lo que desconocemos de nosotros mismos! Sí. Le damos tanto poder a nuestra conciencia como si lo fuera todo, cuando nuestros recuerdos laten pasivamente con maravillosos y sabios conocimientos del más allá, que esperan que algún día, aunque sea uno solo, salga a la luz. Pero tenemos miedo, miedo de perder... ¿qué? Nuestra intuición está relegada a una "cualidad femenina" desprestigiada y pasada de moda. Cuando es la llave para seguir aquel camino que nos lleva a la verdad, cuando es lo único que nos queda para conectarnos con todos los tesoros que traemos de nuestras experiencias anteriores. Todo esto lo sé porque lo recuerdo, porque lo aprendí miles de años atrás y porque hoy estoy dispuesta a traerlo al ahora, a saborearlo, a vivenciarlo. Creo que para llegar al verdadero amor hay que trabajar dos cualidades: la conciencia de nuestra subconsciencia (amigarnos con nuestra sombra y dejarnos reposar en los recuerdos más lejanos a los que podamos llegar, aunque sean dolorosos e insoportables -en este sentido la conciencia sana y el dolor como memoria se convierte en paz-) y la apertura de nuestra mente (estar dispuestos a pensar del modo absolutamente contrario). ¿Se puede amar más allá de los celos, las inseguridades, el odio ajeno, el rechazo, el abandono, la injusticia, los secretos, la dominación, las diferencias, los engaños? ¿Se puede amar a nuestro peor enemigo, nuestra peor enemiga, al "causante" de todo nuestro dolor? (Yo estoy convencida de que nadie causa nuestro dolor más que nosotros mismos) ¿Y si la respuesta es "sí, se puede"? Claro que es sencillo en las palabras... Y que en la práctica suena como una utopía... No, no se trata de renunciar, el camino es inverso: se trata de asumir, asumirme, asumirlo, asumirla, con mi historia, con su historia. Es pasar del pensamiento polar (bueno-malo; falso-verdadero), al pensamiento integrador. No es negarse para aceptar al otro, como un mártir al estilo moderno del siglo XXI. Es asumirse y estar dispuesto a asumir al otro. Creo que el desafío está en preguntarse cada día, "¿y por qué no?".
Y si se sienten solos, sepan que la soledad es parte del camino para llegar a nuestros pensamientos y recuerdos más profundos: abrácense en su soledad, disfrútenla y no la tapen. Dejen que fluya, póngala frente a su espejo, obsérvenla y pregúntele qué tiene para darles. La respuesta es una sola: "Te doy a vos", y "vos-con-vos" deja como resultado la plataforma para empezar de nuevo y animarnos a pensar al revés... Sí, como la canción de María Elena Walsh...

5 comentarios:

juanito dijo...

LET IT FLOW... Esa es la cuestión...

Angie Galli dijo...

Yuyi! Qué amoroso... I WILL!

Nico Chernobilsky dijo...

Rise up this mornin',
Smiled with the risin' sun,
Three little birds
Pitch by my doorstep
Singin' sweet songs
Of melodies pure and true,
Sayin', "This is my message to you-ou-ou:"

Segui escribiendo anyu!!

Angie Galli dijo...

Gracias Nico!!!! Soñé que viajaba con tu media naranja... O me pareció... O fue real...

Nico Chernobilsky dijo...

quien es mi media naranja??? No la conoci todavia!!